Nuestra maquinaria auditiva es increíble, su capacidad de captar sonidos tan "pequeños" como un zancudo o tan estruendosos como una maquinaria pesada lo convierte en una maravilla que incluso hoy en día pocos dispositivos tecnológicos pueden igualar, por ello deberíamos cuidarlo.
Los sonidos se producen por las vibraciones que generan aparatos, personas, animales, o manifiestaciones naturales.
El oído a diferencia de nuestros ojos carecen de párpados, esto es importante tener en cuenta, nuestros oídos siempre activos nos han permitido sobrevivir más de una vez: al evitar un accident, o en el caso de los primeros seres humanos, evitar ser alimento de otros animales.
El problema de salud que afecta a nuestros oídos comienza con la aparición de artefactos electrónicos o mecánicos que al funcionar producen sonidos continuos e incluso los amplifican.
Por ejemplo en una fábrica las personas que trabajan ahí se enfrentan constantemente a una gran cantidad de sonidos cuya intensidad puede ser nociva.
Lo mismo ocurre en las calles con el tráfico de automóviles o con la proliferación de equipos de sonido que muchos negocios los utilizan para intentar llamar la atención de posibles clientes.
Entre más grande la maquinaria más energía desprende y entonces la energía transmitida en forma de sonido será más intensa.
Entre más intensa más peligrosa para nuestros oídos que en ciertas circunstancias no podrá protegerse ante tal intensidad, eso nos llevará a una sordera temporal o crónica.
La sordera no se produce de un día para otro sino es un proceso que se da poco a poco, después de algunos años podríamos comenzar a percatarnos que no escuchamos bien algunos sonidos y lo triste de eso es que no tiene cura.
Nuestro oído como ocurre con nuestros músculos pueden atrofiarse cuando se usan intensamente o reciben de pronto un fuerte golpe.
Los científicos y la industria del sonido mide su intensidad con un parámetro llamado Decibel que es una forma de poder medir la presión que ejerce un sonido sobre nuestros oídos, su símbolo es dB.
Y aunque se requieren ciertas condiciones y artefactos para su medición, aquí publicamos una tabla comparativa para hacernos una idea de las intensidades de ciertos sonidos que conocemos:
Decibeles | Sonido comparativo |
---|---|
200 dB | Explosión de una bomba atómica |
180 dB | Despegue de una nave espacial |
142 dB | Ruido en un estadio de futból |
140 dB | Motores de autos de carreras |
130 dB | Despegue de un avión |
120 dB | Concierto de música en vivo |
100 dB | Máquinaria de construcción |
90 dB | Tráfico de automóviles |
70 dB | Aspiradora |
60 dB | Mercado con muchas personas |
40 dB | Conversación en la calle |
20 dB | Biblioteca |
10 dB | Respiración tranquila |
0 dB | Umbral de audición |
Algunas de estas presiones sonoras que aparecen en nuestra tabla pueden afectar permanentemente a nuestro oído.
Existen otras que nos afectarán poco a poco si estamos expuestas a ellas por tiempo prolongado.
Por ejemplo, en nuestra región es común asistir a fiestas donde un conjuto musical que ameniza la reunión, puede llegar a producir una intensidad sonora de más de 110 dB.
Algunas investigaciones de médicos e industria produjeron una lista de recomendación de seguridad a nuestros oídos, que compartimos a continuación:
Decibeles | Tiempo recomendado de exposición |
---|---|
85 | 8 horas |
90 | 4 horas |
95 | 2 horas |
100 | 1 horas |
105 | 30 minutos |
110 | 15 minutos |
115 | 7 minutos |
120 | 3 minutos |
Como podrás percatarte, según la tabla, es recomendable que en una fiesta con un conjunto musical sólo estes expuesto durante 15 minutos!!! y a veces amanecemos celebrando.
Por otra parte, no importa que tipo de música toque el conjunto musical, lo que importa es con qué intensidad la toquen.
Uno podría pensar que la música rock es más intensa pero un concierto de música orquestal o llamada "clásica" puede superar en ocasiones esas intensidades.
Por otra parte el uso intenso de audífonos puede, después de cierto tiempo de uso, provocar una disminución permanente para escuchar algunos sonidos.
Lo importante es proteger nuestros oídos de la intensidad y de la constancia de sonidos, es decir permitir que el oído pueda descansar.
Nuestros oídos no tienen párpados pero podemos colocarles unos.
Existen varios tipos de protectores auditivos que ya sea por desconocimiento o pena no usamos, hay algunos que son desechables, otros que se pueden reusar, algunos externos y otros que se pueden colocar discretamente dentro de nuestro canal auditivo:
https://www.archivosonoro.org/img/protectores-auditivos.jpg
Cada protector tiene un rango de funcionamiento, en la etiqueta de su empaque vienen sus capacidades de protección.
Además de las afectaciones directas a nuestros oídos producidos por la intensidad o la prolongada exposición a los sonidos, existen otros problemas derivados como nuestro mal estado de ánimo o incluso afectaciones fisiológicas presentadas en el incremento de nuestra presión arterial o ritmo cardiaco o la falta de descanso cuando dormimos que derivan en más problemas de salud.
Te invitamos a realizar el experimento adquiriendo alguna de estas protecciones auditivas y utilizarlas por un tiempo para que te percatez de la diferencia en tu percepción sonora al usarlas o dejarlas de usar.
Anexamos un documento de la Organización Mundial de la Salud para ampliar tu conocimiento sobre la importancia de cuidar nuestros oídos:
https://www.archivosonoro.org/pdf/manual-basico-cuidado-del-oido-y-audicion.pdf